Los ángeles han estado presentes en la vida de la humanidad desde el principio de la creación del hombre. La única fuente fidedigna que tenemos para orientarnos acerca de estos maravillosos seres es la Biblia. Tan temprano como Génesis 16:7, vemos a estos seres, ciudadanos de otro mundo, involucrados de una forma u otra en la historia de la humanidad.

Tenemos recuentos bíblicos de ángeles buenos, como los que ayudaron a la esclava de Abraham, Hagar y a su hijo Ismael. También tenemos el recuento en Génesis 19:11 cuando los ángeles vienen a la casa de Lot para librarlo a él y a su familia de la condenación sobre Sodoma y Gomorra, además de decenas de otras situaciones donde estos seres celestiales, enviados por Dios, vienen a cumplir una misión. Pero también tenemos la mención de ángeles malignos, tales como los que se unieron a las hijas de los hombres en Génesis 6:2 (ver más acerca de esta unión entre ángeles y humanos), y otros que serán liberados en Apocalipsis 9:14, durante la Gran Tribulación. De hecho, la Biblia menciona estos seres, 2/3 benignos y 1/3 malignos, 287 veces, en el Antiguo y Nuevo Testamentos.

Es evidente que desde el Principio estos seres han sido de importancia para el hombre, ya que han sido usados por Dios para su obra en la tierra. Estos seres han sido y continúan TAMBIÉN siendo usados por Satanás como instrumentos para su obra anticristiana en el mundo.